EL POR QUÉ DE PESCAR ESTRELLAS

Alguien, a quien aprecio, me describió como una pescadora de estrellas y he de reconocer que al principio no me agradó la descripción, quizás por lo de la “pesca”. No me sonaba bien. Cuando tuve un poco de tiempo para meditarlo, me dí cuenta de que quizás sí fuese una buena forma de mostrarme. UNA PESCADORA DE ESTRELLAS.
No sé si pesco estrellas, pero sé que las persigo. Y las persigo porque sé que son escasas. Cuando levantamos la vista vemos, en las noches despejadas, una gran cantidad de astros. Sin embargo, muchas nos quedan muy lejos y otros son falsos e imaginaros, estoy segura. Son sólo espejismos, fachadas, estrellas hipócritas que resultan ser diferentes a lo que prometieron ser.
Algo similar ocurre con las personas. Yo persigo a las personas auténticas y firmes a su escala de valores. Tan imperturbables como moderadas y tolerantes. Busco personas de las que hacen la vida más fácil y que no han sido pervertidas por la sociedad actual. Por su continuo vaivén. Por un contexto en el que el tiempo es el mejor tesoro, las sonrisas tienen un precio y el respeto no es obligado.
Pesco a las estrellas porque quiero tenerlas conmigo. Si, egoísta, lo sé. Sin embargo, mi anzuelo no duele. También de ello estoy segura.

Sigo creyendo en las personas, en la música, en el poder de las palabras y en la capacidad del ser humano para cambiar las cosas. Confío en cambiar un día mi mundo, mejorarlo y desconfío de la gente que no me invita a intentarlo. Creo en un día de descanso en la montaña sin más compañía que el silencio, creo en el amor para siempre, creo en la inocencia de los niños y en el agradecimiento de los ancianos. Creo en las ganas de vivir, de seguir adelante y en las ganas de bailar. Creo en la sinceridad, en la dignidad y en el desgaste que supone querer gustar a todos. Creo en la obra de Coelho, en la innovación de Picasso y en las canciones de Ismael Serrano. Creo en Pongo y en Perdita, en el destino y en la muerte. Y como esto, aunque suficiente, no es en lo único que creo. Creo que merece la pena perseguir estrellas y rodearse de ellas cuando las cosas no van bien. Si bien es cierto que las estrellas no solucionan los problemas, también es cierto que aportan luz a la oscuridad.

2 comentarios:

Serch dijo...

Me creo sin ninguna duda que has pasado tiempo pescando estrellas, porque algo (mas bien mucho) de su luz intensa se te ha pegado y cuando sonries de esa forma que solo tu sabes, es como estar mas cerquita de ellas.

JESSICA dijo...

GRACIAS CAMPEÓN

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