LA BAÑERA

Solía meterme en la bañera para pensar. Dentro, me sentía mejor, resguardada y tranquila. Serena. Era como mi pequeño rincón, mi desvan, mi inspiración. La bañera servía las veces de baúl de los recuerdos y de lugar para depurar un mal día. Creo que de allí nacieron aquellas palabras con más sentido que jamás dije…los pensamientos más estudiados y provechosos…los que me impulsaron a tomar una decisión…los cambios en mi vida salieron de una bañera. Si la llenaba y escondía la cabeza, el mundo se paraba más allá de las paredes del cubículo y dejaba de importar porque yo era la protagonista. Única y exclusivamente yo. De pronto, cuando sin saberlo ya llevaba demasiado tiempo, alguien le daba a la puerta desde el otro lado para saber si estaba bien. Claro que lo estaba, siempre lo estoy.

Los días, las semanas y los años van pasando y son muchas las cosas que cambian a nuestro alrededor. Al contrario de lo que imaginamos de pequeños, el miedo no desaparece, sino que evoluciona. No es todo más fácil sino al contrario, más complicado. Las cosas no siempre suceden por una razón y este hecho no es fácil de llevar. Asumámoslo, nos gusta controlarlo todo. Lo que intento decir es que yo sigo necesitando de mi bañera para pensar, para parar y para imaginar, por unos minutos, que puedo controlarlo todo. Que yo tengo el mando.

Últimamente, el tiempo dentro de mi bañera me cunde menos. Seguramente porque tengo menos tiempo para meterme dentro y muchas más cosas en las que pensar. Pienso en el por qué de la crisis económica, en lo que hay de real en ella y en lo que hay de excusa. En cómo evitar la evolución hasta la hecatombe y en cómo entender que alguien pueda aprovecharse de la situación para hacer más sangría. Pienso en cúal es el mejor momento para decir basta a la explotación, en hasta cuando hay que aguantar cuando las condiciones no son adecuadas. Pienso en dónde está mi futuro y en qué hacer para conseguirlo. Y, con todo esto, me doy cuenta de que mi bañera también se hizo mayor y, cada vez, tiene menos respuestas.