Tetris erizoso




Hace muchos muchos años, millones de años, aún en la era glaciar, los animales tenían muchos problemas. Todas las especies sufrían en algún modo el frío escandaloso que les quemaba la piel, un viento devastador se alzaba cada media hora consiguiendo que localizar un escondite para todos fuera realmente imposible. Después de estudiar todas las alternativas o posibles soluciones para sobrevivir se dieron cuenta de que podían contar solo con ellos mismos. No había otra opción, tendrían que pegarse unos a otros, cada uno con su especie evidentemente, para darse calor entre ellos y poder sobrevivir al frío hasta que cambiara la situación o pasará el invierno.
Y así lo hicieron. Empezaron a pegarse unos a otros, hacían turnos por grupos para ir a por víveres o darse un baño y así, bien organizados, nadie estaba nunca solo. De este modo todas las especies se las iban apañando hasta que vivir en sociedad empezó a ser lo normal, la cotidianidad.
Todas las especies mejoraron de esta manera. Todas menos una: los erizos tenían problemas de convivencia: pegarse unos a otros significaba herirse debido a sus propias púas…..se hacían realmente daño y sangraban. El dolor de las heridas les sacaba de quizio y, nerviosos, discutían continuamente y hasta se golpeaban para hacerse más daño. Llegaron a la conclusión de que no podían vivir juntos, no podían estar pegados porque se hacían daño….se separaron y de nuevo, los erizos empezaron a vivir en soledad, cada uno por su cuenta, pensando que era mejor el frío que vivir con los demás.
Pasaron algunos días, no muchos, y ver cadáveres de erizos empezó a ser demasiado normal. Los propios erizos no lo sabían, porque iban siempre solos, por tanto no podían pedir ayuda ni se daban cuenta de la gravedad de la situación. A veces el frío les hacía perder hasta la conciencia, estaba claro que no sobrevivirían al frío solos, era cuestión de días y la especia iba a desaparecer.
Hasta que el león, un día, reunió a todos los erizos que, como siempre, guardaban las distancias. Estaban sorprendidos ante aquel animal que les había reunido a todos, los erizos eran solitarios, orgullosos y bohemios, pero por suerte, entendieron la gravedad de su propia existencia. Un pequeño discurso del rey león les abrió los ojos hasta el punto que fueron ellos mismos los que decidieron darse otra oportunidad para acercarse unos a otros: fueron con cuidado, respetando las púas y el espacio de sus compañeros. Parecía una especie de tetris erizoso, hasta que consiguieron encajar unos con otros. Alguna herida se provocaban de vez en cuando, era inevitable, pero se dieron cuenta de que pasaban los días y era siempre más fácil. Estaban sobreviviendo al frío y a las demás adversidades meteorológicas: en grupo era más fácil.
Seguramente las personas nos herimos algunas veces: con intención o sin intención. Algunas veces por nuestra forma de ser, otras por incomprensiones, otras por orgullo, otras por falta de respeto hacia el espacio de los demás….pero si todos, TODOS, intentamos adaptarnos en parte al resto, conseguiremos sobrevivir más fácilmente. Porque no hemos nacido para estar solos y, es mejor herirnos unos a otros (con medida) que no tener a nadie a quien abrazar.


1 comentarios:

Black shoes dijo...

Molt bon missatje i més en els temps que corren que em dona la sensació de que ningú necesita de ningú i cada vegada més ens sentim mes asoles! Hem d'apendre a ser tolerants i tindre paciencia en els demés!
Besosss

MJ Arambul

http://blackshoess.blogspot.com

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