BUENOS DÍAS


Hemos perdido los valores. Recuerdo que cuando era pequeña, las mujeres en mi pueblo se pàraban por la calle unas con otras y se preguntaban por cómo iba la vida. Lavar la acera los sábados por la mañana era más un acto colectivo que una tarea del hogar. En mi pueblo sigue sucediendo ahora, pero seguramente se acabará con las nuevas generaciones y con la vida ajetreada de las grandes ciudades.
Desde hace unos días me fijo en la cara de la gente cuando camina por la calle, cuando va al centro, cuando hace la compra, cuando pasea...la gente mira pero no ve nada, no ve a sus semejantes y tampoco le interesa verles. Están demasiado ocupados en sus cosas como para pensar en los demás, para pararse a preguntar o incluso para saludar. Así que desde hace unos días yo estoy haciendo un ejercicio que consiste en ser la primera en saludar y dar los buenos días. Tanto si les conozco como si no, tanto si me miran como si no, tanto si me apetece como si no me apetece.
Por las mañanas voy a correr y veo a abuelitos que dan sus paseos en solitario, señoras que caminan mientras arreglan el mundo y hombres que lo hacen sin ganas por consejo médico. Yo doy los buenos días a todos y sonrío. Y he descubierto que es una costumbre que puede dar muchas satisfacciones. Es cierto que hay personas que me ignoran completamentem pero hay otras que devuelven la sonrisa y, sorprendidas, hasta saludan con la mano. Es precioso y me hace sentir bien.
Al final será cierto que el único modo de recibir es dar primero.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

¿y?

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